A cause de sa santé vacillante, Monsieur Henri ne peut plus vivre seul dans son appartement parisien. Particulièrement bougon, il finit néanmoins par accepter la proposition de son fils Paul de lou
Elena toma la decisión de compartirle a la familia su testamento. Su hijo y sus cuatros nietos al enterarse que la casa de Cuernavaca está en juego, harán cualquier tipo de artimaña para quedárse